jueves, 6 de julio de 2017

TEORÍA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL DE DANIEL GOLEMAN


INTELIGENCIA EMOCIONAL





¿Qué es la Inteligencia Emocional?

La Inteligencia Emocional podría definirse como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos.

Es decir, es la habilidad para gestionar bien las emociones. Tanto las nuestras como las de los demás.

Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste con frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos... es alguien con mala inteligencia emocional. Por el contrario, una persona que se conoce bien a sí mismo, que es capaz de pensar antes de actuar, que entiende sus impulsos, que los expresa con educación siendo sincero, pero, a la vez, consiguiendo no afectar negativamente a la gente que le rodea...o que es capaz de relativizar y sentir las cosas de una forma sana...sería una persona con MUY buena inteligencia emocional.
Así mismo, la Inteligencia Emocional nos debe servir para entender las emociones de los demás y saber cómo tratar a la gente que nos rodea de forma que:
·         Estén a gusto a nuestro lado.
·         No provoquemos emociones desagradables en ellos (ira, tristeza, frustración, etc.). Es decir, tener mano izquierda a la hora de plantear las cosas.
Alguien con una buena inteligencia emocional debería ser capaz de aplicar las siguientes cosas.
·         Pensar antes de actuar...y no ir a la deriva y a lo "loco" antes de hacer las cosas. Esto no quiere decir que no se viva el momento o que no se disfrute. Esto quiere decir que las emociones y la razón vayan de la mano. Hay que disfrutar, pero también hay que ser capaz de utilizar la inteligencia y analizar las emociones, especialmente cuando hablamos de ira, tristeza o frustración.
·         Ser empático para poder entender, respetar y manejar las emociones de los demás, haciendo que la gente que nos rodee esté a gusto.

·         Saber elegir bien las emociones en cada momento, para que nuestro comportamiento sea óptimo. Si, ante una crítica, nos ofendemos y nos enfadamos, estamos eligiendo muy mal las emociones. Si, por el contrario, nos paramos a pensar, analizamos el comportamiento de la otra persona, escuchamos, entendemos su punto de vista, leemos entre líneas y nos damos cuenta de que, el problema ha sido que en nuestro argumento anterior le hemos ofendido nosotros a él/ella, entonces será mucho mejor pedir disculpas y sugerir que la próxima vez nos diga las cosas de otra forma. No es cuestión de ceder, es cuestión de manejar la situación eficientemente. Es decir, causando el mínimo daño. Y el enfado, normalmente es la emoción que MÁS daño genera.
·         Manejar, conocer y controlar bien las emociones negativas, especialmente en lo que respecta a: ira, tristeza, frustración y ansiedad/estrés.
·         Vivir una vida con alto grado de motivación y optimismo, creciéndonos ante la adversidad, en vez de viniéndonos abajo.
·         Ser feliz. La inteligencia emocional, al final debe perseguir la paz interior y la felicidad. Porque lo único que determina nuestra felicidad son las emociones. Si nuestras emociones están geniales, nuestra vida irá genial. Si nuestras emociones van fatal, nuestra percepción de la vida será depresiva, y de fracaso.
La inteligencia emocional se aplica a todos los ámbitos de nuestra vida, entre ellos el profesional. En este campo, fue el gurú Daniel Goleman el que popularizó el término y lo introdujo en el terreno laboral gracias a su libro Inteligencia Emocional, publicado en 1995. En su obra afirma que la diferencia que marca el éxito o el fracaso entre dos personas con el mismo coeficiente intelectual es precisamente la inteligencia emocional.


DANIEL GOLEMAN


Daniel Goleman es un psicólogo estadounidense, nacido en Stockton, California, el 7 de marzo de 1946. Adquirió fama mundial a partir de la publicación de su libro Emotional Intelligence (en español Inteligencia emocional) en 1995.
 Daniel Goleman posteriormente también escribió Inteligencia social, la segunda parte del libro Inteligencia emocional.
Trabajó como redactor de la sección de ciencias de la conducta y del cerebro del periódico The New York Times. Ha sido editor de la revista 'Psychology Today' y profesor de psicología en la Universidad de Harvard, en la que obtuvo su doctorado.
 Goleman fue cofundador de la Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning (Sociedad para el Aprendizaje Académico, Social y Emocional) en el Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Yale (posteriormente en la Universidad de Illinois, en Chicago), cuya misión es ayudar a las escuelas a introducir cursos de educación emocional.
 Editado por primera vez en 1995, el libro Inteligencia emocional se mantuvo durante un año y medio en la lista de los libros más vendidos del The New York Times. Según la página web oficial de Daniel Goleman, se han vendido, hasta 2006, alrededor de 5.000.000 de ejemplares en treinta idiomas, y ha sido best seller en muchos países.
Daniel Goleman y la Inteligencia Emocional

La publicación de Emotional Intelligence de Daniel Goleman (1995) significa una difusión sin precedentes de un concepto que hasta entonces había pasado desapercibido. A partir de mediados de los noventa, la inteligencia emocional es un tema de interés general por parte de la sociedad, de tal forma que empiezan a aparecer artículos (primero en revistas de divulgación y después en las científicas) y libros sobre el tema.
 Para Goleman (1995: 43-44) la inteligencia emocional es una cuestión de habilidades. Incluye la Inteligencia Personal y la Inteligencia Interpersonal.

 Inteligencia Personal o Interpersonal


Es la capacidad de ver con realismo y veracidad cómo somos y qué queremos, y de entender cabalmente cuáles son nuestras prioridades y anhelos, para así actuar en consecuencia. Otro componente es el de no engañarnos con respecto a nuestras emociones y a nuestros sentimientos, y respetarlos.


En el campo de las competencias personales consiste en:
  • Conocer las propias emociones: El principio de Sócrates "conócete a ti mismo" se refiere a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas.
  • Manejar las emociones (Autorregulación): La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones interpersonales.
  • Motivarse a sí mismo (Automotivación): Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y motivación están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar atención, automotivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a demorar gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden.
 Inteligencia Interpersonal
Es la capacidad de entender a otras personas, interactuar con ellos y entablar empatía. Poder discernir, comprender qué le sucede a otra persona en determinado contexto y actuar de manera apropiada en relación con los estados de ánimo, las conductas y los deseos de esa persona resulta de suma utilidad para comunicarnos efectivamente en nuestra vida diaria.
En el campo de las competencias sociales, la inteligencia emocional se manifiesta de la siguiente manera:
  • Conciencia social, reconocer las emociones de los demás: Un don de gentes fundamental es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones. La empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la ayuda y servicios en sentido amplio (profesores, orientadores, pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas, etc.).
  • Habilidades sociales: es el arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y



CARACTERÍSTICAS DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.
Las características de la llamada inteligencia emocional son: la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás.

LAS COMPETENCIAS
El término “competencia emocional” es un derivado de la teoría desarrollada por los científicos y psicólogos norteamericanos Peter Salovey de la Universidad de Harvard y John Mayer de la Universidad de New Hampshire, denominada “Inteligencia Emocional”, que describe las cualidades emocionales que según sus apreciaciones, tienen importancia para alcanzar el éxito, entre las cuales se encuentran:
  1. Autoconciencia: Implica reconocer los propios estados de ánimo, los recursos y las intuiciones. Las competencias emocionales que dependen de la autoconciencia son:
  • Conciencia emocional: identificar las propias emociones y los efectos que pueden tener.
  • Correcta autovaloración: conocer las propias fortalezas y sus limitaciones.
  • Autoconfianza: un fuerte sentido del propio valor y capacidad.
  1. Autorregulación: Se refiere a manejar los propios estados de ánimo, impulsos y recursos. Las competencias emocionales que dependen de la autorregulación son:
  • Autocontrol: mantener vigiladas las emociones perturbadoras y los impulsos. Confiabilidad: mantener estándares adecuados de honestidad e integridad.
  • Conciencia: asumir las responsabilidades del propio desempeño laboral.
  • Adaptabilidad: flexibilidad en el manejo de las situaciones de cambio.
  • Innovación: sentirse cómodo con la nueva información, las nuevas ideas y las nuevas situaciones.
  1. Motivación: Se refiere a las tendencias emocionales que guían o facilitan el cumplimiento de las metas establecidas.
  • Impulso de logro: esfuerzo por mejorar o alcanzar un estándar de excelencia laboral.
  • Compromiso: matricularse con las metas del grupo u organización.
  • Iniciativa: disponibilidad para reaccionar ante las oportunidades.
  • Optimismo: persistencia en la persecución de los objetivos, a pesar de los obstáculos y retrocesos que puedan presentarse.
  1. Empatía: Implica tener conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones de los otros.
  • Comprensión de los otros: darse cuenta de los sentimientos y perspectivas de los compañeros de trabajo.
  • Desarrollar a los otros: estar al tanto de las necesidades de desarrollo del resto y reforzar sus habilidades.
  • Servicio de orientación: anticipar, reconocer y satisfacer las necesidades reales del cliente.
  • Potenciar la diversidad: cultivar las oportunidades laborales a través de distintos tipos de personas.
  • Conciencia política: ser capaz de leer las corrientes emocionales del grupo, así como el poder de las relaciones entre sus miembros.
  1. Destrezas sociales: Implica ser un experto para inducir respuestas deseadas en los otros. Este objetivo depende de las siguientes capacidades emocionales:
  • Influencia: idear efectivas tácticas de persuasión.
  • Comunicación: saber escuchar abiertamente al resto y elaborar mensajes convincentes.
  • Manejo de conflictos: saber negociar y resolver los desacuerdos que se presenten dentro del equipo de trabajo.
  • Liderazgo: capacidad de inspirar y guiar a los individuos y al grupo en su conjunto.
  • Catalizador del cambio: iniciador o administrador de las situaciones nuevas.
  • Constructor de lazos: alimentar y reforzar las relaciones interpersonales dentro del grupo.
  • Colaboración y cooperación: trabajar con otros para alcanzar metas compartidas.
  • Capacidades de equipo: ser capaz de crear sinergia para la persecución de metas colectivas.
Las competencias emocionales se centran en la interacción entre la persona y su ambiente, y por lo tanto en su desarrollo y aprendizaje personal y social. Es decir, las competencias emocionales tiene unas aplicaciones educativas (proceso de enseñanza-aprendizaje) inmediatas.
 

¿Qué beneficios brinda la Inteligencia Emocional?
Entre otras ventajas, podemos resaltar que la Inteligencia Emocional favorece en gran manera los vínculos personales saludables, pues incluye la habilidad de compartir y entender también las emociones de otras personas.
Por otro lado, las personas con inteligencia en el campo emocional tienen más probabilidades de alcanzar un excelente rendimiento a nivel laboral. De hecho, algunas investigaciones realizadas han demostrado que la mayoría de los profesionales exitosos cuentan con esta característica.
¿Cómo mejorar la Inteligencia Emocional?
A continuación, compartimos contigo algunos aspectos a tener en cuenta si buscas una mejora en tu Inteligencia Emocional. Se trata de habilidades que, de no poseerlas, todos deberíamos desarrollar:
  • Conservar un estado de calma, aun bajo presión. La mayoría de las personas experimenta un cierto nivel de estrés en su vida. La forma en que manejamos las situaciones estresantes del diario vivir puede marcar una gran diferencia entre actuar de manera reactiva o asertiva y, por ende, terminar agotado emocionalmente o con equilibrio interior. Si descubres que la mayor parte del tiempo te sientes alterado, nervioso o con ansiedad, entonces quizás sea el momento de tomar alguna decisión al respecto, como puede ser iniciar alguna actividad física, artística o recreativa que pueda ayudarte a obtener y mantener la estabilidad emocional. Sin embargo, consultar con un psicoterapeuta puede ser la mejor idea si sientes que tus estados alterados están alcanzando picos poco saludables.
  • Aceptar y enfrentar las emociones de tipo negativo. Es fundamental aprender a desarrollar la capacidad de gestionar las emociones negativas de manera eficaz para evitar que nos abrumen o afecten nuestro juicio. Pero, ¿Cómo lograrlo? Para ello lo primero que tenemos que modificar es nuestra forma de pensar acerca de las situaciones, ya que nos vamos convirtiendo en aquello en lo que pensamos durante todo el día.
  • Leer en forma adecuada las señales enviadas por los demás. Esta es una capacidad de tipo social y tiene que ver con saber percibir e interpretar de manera precisa las expresiones de las demás personas, ya sean verbales, físicas o emocionales. Esto significa no malinterpretar las intenciones de quienes nos rodean, lo cual lleva, sin dudas, a malentendidos. Si vemos una expresión ajena que no terminamos de entender, es muy aconsejable buscar al menos un par de explicaciones posibles, antes de llegar a una conclusión apresurada, o emitir juicios y acusaciones. Por supuesto, también es aconsejable dialogar con el otro para aclarar dudas.
  • Manifestar emociones íntimas en las relaciones personales. Si queremos mantener vínculos cercanos y duraderos, es importante aprender a expresar efectivamente nuestras emociones de amor, ternura, respeto, etc. Lamentablemente, hay muchas personas que no son capaces de expresar este tipo de emociones, aun cuando interiormente las estén experimentando en forma intensa. Esta es una incapacidad emocional que puede derivar en conflictos interpersonales, ya que además de amar, aceptar y valorar al otro, es fundamental poder comunicarlo, hacérselo saber a la otra persona. Asimismo, es necesario responder en forma adecuada cuando es el otro quien lo hace. No se trata de estar diciendo “cosas bonitas” a cada momento, pero es indudable que la expresión e intercambio de las emociones íntimas ayuda a nutrir y acrecentar los vínculos.
  • Expresar emociones complejas en el momento necesario. El asertividad es una capacidad que nos permite manifestar abiertamente aquello que consideramos importante, plantear una posición clara e incluso establecer límites de lo que creemos aceptable -o no- dentro de una relación. Esto incluye poder ejercer el derecho a estar en desacuerdo en ciertas circunstancias, sin por eso caer en ser desagradable. Ser asertivo es poder establecer nuestras prioridades y saber decir que “no” sin sentir culpa por ello.
Ya ha pasado la época en que las emociones eran consideradas como un proceso “de segunda”, por debajo de otras habilidades humanas como la razón y la lógica. Las investigaciones más recientes demuestran que la esfera emocional juega un papel determinante en la vida de las personas.
Hoy se sabe que la inteligencia (relacionada con el concepto tradicional de coeficiente intelectual) no es garantía de triunfo en ningún aspecto de la existencia. ¿De qué sirve ser brillante a nivel intelectual si se es emocionalmente inepto? Tengamos en cuenta que la mayoría de las situaciones problemáticas de la vida están causadas por incapacidades emocionales.
La Inteligencia Emocional, en cambio, nos abre las puertas a mayores posibilidades de desarrollo -tanto a nivel personal como social- y, en definitiva, a la Felicidad.
efectiva con los demás.
 

¿Qué son las emociones?

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Una emoción es un estado afectivo, es una alteración rápida e intuitiva de nuestro estado de ánimo que experimentamos, casi sin darnos cuenta, ante determinadas situaciones, estímulos o pensamientos que parten del entorno o de las propias interpretaciones que hacemos del mismo.

  • Las emociones son reacciones naturales que permiten adaptarnos a ciertos estímulos ambientales, son impulsos automáticos e involuntarios, son reacciones a determinados acontecimientos que nos llevan a actuar de forma automática y subjetiva, y en muchas ocasiones de forma inconsciente e irracional.
  • Las emociones pueden ser tanto positivas como negativas. Las negativas como el odio, la rabia, el pesimismo…, mantenidas en el tiempo, afectan a nuestro estado de ánimo y perjudican seriamente nuestra salud emocional. Las positivas como la alegría, la satisfacción, el orgullo, la felicidad… nos permiten ser más inteligentes emocionalmente y adaptarnos mucho más fácilmente a cualquier situación.
  • La emoción producida da paso a estados de ánimo que denominamos sentimientos. Por ejemplo después de una emoción súbita de tristeza debido a una mala noticia (muerte de un ser querido, desastre natural, accidente...) aparecen sentimientos de impotencia, frustración, decaimiento, indefensión… al sentir que no podemos hacer nada, el estado de ánimo derivado de la emoción se prolonga en el tiempo, resultando de ello el sentimiento que resulta ser mucho más duradero que la propia emoción.
  • Una emoción conlleva una reacción subjetiva que va a depender de cada persona, en función de sus propias interpretaciones o experiencias personales.
  • Las emociones están detrás de cualquier proceso relacionado con el pensamiento (atención, percepción, motivación, deseo, concentración, memoria…) y esto nos permite realizar una estimación subjetiva de todo cuanto nos rodea.
  • Las emociones actúan de manera compleja, automática y en muchas ocasiones sin un control racional de las mismas produciendo deseos, necesidades, angustias, miedos, rechazos, incapacidad, indefensión… respecto al mundo que nos rodea y respecto a nosotros mismos.
  • Las emociones vienen acompañadas de cambios cognitivos (pensamientos que responden a la interpretación que cada persona realiza ante cada situación) cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos, de origen innato e influidos por la experiencia) y cambios comportamentales (comportamientos que van a ser diferentes en función de las emociones desencadenadas).
  • Las reacciones naturales (sudoración, problemas respiratorios, cambios faciales, cambios musculares…) nos permiten ponernos en estado de alerta ante determinadas situaciones que indican un peligro real o imaginario, una amenaza, una frustración… o bien todo lo contrario, satisfacción, alegría, optimismo
¡Las emociones pueden ayudarnos a resolver los problemas cuando aprendemos a diferenciar los estados positivos de los negativos y sobre todo cuando aprendemos a controlarlos y a sacar partido de todo ello!
¿Para qué nos sirven las emociones?
  • Psicológicamente: potencian o alteran la atención, la concentración, incrementan o reducen ciertos comportamientos, activan asociaciones, influyen en nuestra forma de ver e interpretar el mundo...
  • Fisiológicamente: provocan respuestas somáticas incluyendo alteraciones cardio-respiratorias y digestivas, afectan a expresiones faciales, músculos, voz, actividad del Sistema Nervioso Central y Endocrino…
  • Conductualmente: sirven para establecer nuestra posición respecto al entorno, nos impulsan o nos alejan de ciertas personas, estímulos, objetivos, acciones, ideas..
 

A continuación encontrarás un Test de Inteligencia Emocional con 15 preguntas para comprobar tu nivel actual en relación con la media de la población. El test no pretende ser científico pero sí preciso. Se apoya en las cuatro áreas de la Inteligencia Emocional para ofrecerte una medición orientativa de tu nivel actual.

Test de Inteligencia Emocional

1. En una discusión acalorada, siempre intentas…

 

 

 

 

2. ¿Te cuesta expresar tus emociones con palabras?

 

 

 

 

3. ¿Qué emoción está expresando?
 

 

 

 

4. Un amigo tuyo rompe por infidelidad de su pareja, de la cual ya le habías advertido previamente. ¿Cómo reaccionas?

 

 

 

 

5. En términos generales, ¿estás satisfecho con quién eres?

 

 

 

 

6. Cuando haces algo mal, ¿te criticas a ti mismo internamente?

 

 

 

 

7. Cuando estás estresado o tienes varias preocupaciones, ¿cómo lo llevas?

 

 

 

 

8. ¿Te consideras capaz de influir positivamente en los sentimientos de alguien que está pasando por un mal momento?

 

 

 

 

9. ¿Te cuesta mostrar tus sentimientos a aquellos que más quieres?

 

 

 

 

10. ¿Qué es lo que está expresando?

 

 

 

 

11. ¿Cómo reaccionas ante un cambio imprevisto aparentemente negativo?

 

 

 

 

12. Cuando crees que tienes razón pero la gente te lleva la contraria, ¿insistes en tus argumentos?

 

 

 

 

13. ¿Sueles detenerte un momento y pensar por qué estás sintiendo una emoción en concreto?

 

 

 

 

14. Con respecto a tu actitud frente la vida, ¿cómo te describirías?

 

 

 

 

15. Acostumbro a evitar los conflictos personales, y cuando me veo en medio de uno, me pongo muy nervioso.
¿Hasta qué punto te describe esta frase?

 

 

 

 
 



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